Una representación mental es una imagen, una escena, una emoción o una idea que el cerebro construye sin que necesariamente tenga un origen sensorial o histórico directo. En un cerebro sano, los recuerdos autobiográficos son reconstrucciones activas a partir de fragmentos sensoriales, emocionales y contextuales. Esta plasticidad se vuelve crucial en los pacientes con Alzheimer.

A través de la arteterapia, incluso los recuerdos reinventados pueden reavivar en las personas con Alzheimer la calidez de las emociones familiares.
Con la progresión de la enfermedad, los circuitos tradicionales de la memoria (especialmente el hipocampo) se deterioran, pero algunas estructuras implicadas en la memoria implícita, emocional e imaginativa permanecen parcialmente activas. La arteterapia moviliza precisamente esas capacidades residuales.
fMRI y la construcción de recuerdos ficticios: lo que muestran los estudios
Los estudios de IRMf (fMRI) han demostrado que el cerebro no siempre distingue entre un recuerdo real y uno construido. Cuando se le pide a una persona imaginar un evento vivido (aunque sea inventado), las regiones implicadas en la memoria autobiográfica el hipocampo, la corteza prefrontal medial y el giro angular— se activan de manera similar a un recuerdo real (Golby et al., 2005), (Braskie et al., 2013).
Esta ilusión mnésica puede convertirse en una herramienta terapéutica. Al crear una obra visual que represente, por ejemplo, “un picnic en familia”, el paciente puede proyectar una escena, imaginarla con detalles emocionales y luego integrarla como un recuerdo vivido. Las emociones que surgen (alegría, ternura, orgullo) son auténticas, aunque el recuerdo no lo sea históricamente.
El arte como desencadenante de falsos recuerdos beneficiosos
Este mecanismo se llama reconstrucción mnésica imaginativa, y se basa en un principio fundamental de la cognición humana:
No recordamos los acontecimientos, los reconstruimos.
El arte visual proporciona un soporte material para esa reconstrucción.
En el estudio de Marco & Redolat (2022), una paciente con Alzheimer logra, a través del arte, “recuperar” un recuerdo de su difunto esposo, aunque se trate de un recuerdo reconstruido durante la sesión. Este recuerdo, aunque ficticio en su forma, produce alivio del duelo y una reducción de la ansiedad.
Redes cerebrales implicadas en la construcción de recuerdos ficticios
Las regiones activadas durante la creación mental de un recuerdo incluyen:
- El hipocampo: incluso en pacientes con Alzheimer muestra una activación residual durante el aprendizaje de nueva información (Yazdani et al., 2017).
- La corteza prefrontal medial: implicada en la autorrepresentación y la narrativa del yo (Diamond et al., 2007).
- La corteza parietal posterior (giro angular): zona crucial en la escenificación mental de un recuerdo.
- La red por defecto (Default Mode Network): activada durante el pensamiento introspectivo, las proyecciones hacia el pasado o el futuro, y la imaginación de eventos (Wacher & Lv, 2023).
La distinción entre recuerdos verdaderos y ficticios pierde relevancia terapéutica en el contexto del Alzheimer. Lo que realmente importa es el impacto emocional e identitario de estas representaciones mentales. La arteterapia ofrece un espacio donde el paciente puede recrearse, recordar de otra manera y, sobre todo, volver a sentir, lo cual constituye, en sí mismo, una victoria contra el borrado progresivo del yo causado por la enfermedad.
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