Cuando la resiliencia escasea, la creatividad flaquea
Vivimos en un entorno que premia la inmediatez, el rendimiento y la “solidez” emocional. Pero la resiliencia – esa capacidad de adaptarnos, de recuperarnos, de reconfigurarnos tras la tormenta – no siempre está presente. Y cuando falta, no solo nos sentimos frágiles: la creatividad se bloquea y la autoevaluación se vuelve torpe o inexistente.