Sonia Prise Cuando crees en la mala suerte en realidad esta desarrollando un mecanismo de defensa ante posibles acontecimientos desafortunados.
La superstición no siempre es negativa
Piensas así tener un control sobre el azar, e impedir que lo peor ocurra. Puede ser positivo en algunos casos.
No pasar por debajo de una escalera por ejemplo te impedirá que te caiga encima.
Es cuando esos rituales de conjuración se convierten en obligaciones y neurosis obsesivas que un acompañamiento terapéutico podrá ser necesario. Debemos aprender a distinguir lo que depende de nosotros, en lo que tenemos la obligación de actuar, y lo que es fuera de nuestro control pero que debemos aceptar. La arteterapia es una herramienta potente para la simbolización de los efectos y causas de esos trastornos.
Nunca tengo suerte
En esas palabras detectamos esa certitud que tiene la persona en que no tiene otra opción que el fracaso. Es cierto que algunas pueden ser victima de una cadena de acontecimientos desafortunados, maltrato, traición, averías, enfermedades, robos… pero nada más que su propia autodeterminación en tener mala suerte podrá atraerla con tanta fuerza. Al rodearse de las malas personas o, tomar malas decisiones, riesgos inútiles, son tantas razones que justificaran no merecerse mejor.
Si sube la autoestima, baja la mala suerte
En realidad se trata de una mala imagen que uno se hace de si-mismo donde crecen esas supersticiones. Esos signos son solamente alertas que indican no estar en el buen camino a nivel de autoestima. Se tienen que derrumbar esas creencias tomando conciencia que están solamente generadas por una programación equivocada y aceptar su natura profunda en lo que Jung llama un proceso de individuación. La suerte llegará entonces naturalmente.
Elevart usa un método de autoconocimiento que te ayuda a vivir esa transición de una forma consciente y armónica con creatividad y sensibilidad.
